Puga - Toén (Orense)

Vista panorámica de la Torre de Puga situada en Olivar, lugar cercano a la aldea de O Pazo, perteneciente a la parroquia de Puga y al ayuntamiento de Toén (Orense), origen del apellido Puga

23 noviembre 2011

FALSIFICACIÓN DE DOCUMENTOS EN LA EDAD MEDIA

INTRODUCCIÓN
A lo largo de todos los tiempos en que la escritura existió como medio de comunicación, también han existido quienes se han dedicado a falsificar documentos y otras cosas como sellos, monedas, billetes, etc.
Durante la edad media se falsificaron cantidad de documentos, tanto privados como públicos (escrituras, testamentos, etc.) fingiendo la letra, la firma y rúbrica, alterando la narración de los hechos, cambiando las fechas, suponiendo la intervención de ciertas personas, por interés, que realmente no intervinieron, etc. La mano del falsificador intervino en innumerables ocasiones en diplomas, códices, cronicones y otros documentos, los cuales a menudo se tienen por auténticos sin serlo realmente.
En la edad media, se falsificaban documentos tanto escritos en pergamino como en papel. El pergamino, primero se raspaba con piedra pómez hasta hacer desaparecer los caracteres a falsificar y luego se alisaba la superficie con diente de jabalí. Posteriormente se le sobaba y golpeaba sobre el suelo mojado y posteriormente se le lavaba. A continuación se le daba el color rancio y tostado, para simular el envejecimiento, rociándole con una especie de betún hecho a base de agua, ollín y ocre. Una vez seco, ya estaba preparado para escribir en él, imitando la caligrafía y el color y grosor de las letras.
Los revisores expertos de pergaminos falsos, utilizaban entre otras, la técnica del paño blanco humedecido en agua, que frotando el pergamino por las orillas, si éste era falso, el paño aparecía ennegrecido y manchado de ollín. Evidentemente, a veces no era tan sencillo descubrir la falsificación, por lo que se utilizaban técnicas más sofisticadas que aquí no vamos a desarrollar.
Y una vez hecha esta introducción, citaremos a continuación algunas falsificaciones hechas en documentos referidos a la familia de los Puga, la cual en aquel tiempo fueron una de las familias más influyentes en toda la provincia de Orense.

A.- Algunas falsificaciones hechas en pergamino:
Alonso de Puga Ozores de Sotomayor, señor de Louredo y del solar de Puga, casado con Leonor López de Mogueimes, fue uno de los mayores falsificadores de documentos de la edad media, tanto es así, que se le atribuye la falsificación de al menos quince de los documentos litigados. A continuación detallamos una serie de ellos, los cuales fueron declarados apócrifos, y fueron causa de largos litigios con el cabildo de Orense y con los monasterios de Osera y de Melón:
A-1.- Los documentos aportados en apelación a la Real Chancillería de Valladolid por Baltasar Manuel Pardo de Figueroa (marqués de Figueroa) como representante de su esposa Ana Jacoba de Valladares (condesa de Fefiñanes), contra el monasterio de Osera. Fueron declarados apócrifos por el real consejo de Madrid en el año 1779.
A-2.- Documento sobre el foro de la granja y Pousa de Cuqueira - Celanova, simulándose hecho por Vasco de Puga, conocido como Caballero Pugado, en el año de 1391.
A-3.- Escritura de venta de dicho foro, simulándose hecha por Juan Pérez de Sande en el año de 1403.
A-4.- Testamento y fundación de un vínculo por Pedro Vázquez de Puga y Guiomar Lorenzo de Temes en la era de 1414.
A-5.- Posesión de los bienes del vínculo anterior, que aparece tomada en el año de 1417 por Pedro Vázquez de Puga el Blanco.
A-6.- Apeo de la Pousa de Cuqueira, fechado en el año de 1418, y solicitado por el citado Pedro Vázquez de Puga el Blanco.
A-7.- Testamento de Pedro Vázquez de Puga el Blanco en el año de 1430.
A-8.- Donación del derecho de presentar los beneficios de Moreiras, Mugares y otros, por Leonor de Puga el año de 1491.
A-9.- Escritura de Vasco de Puga, otorgada en el mismo año de 1491, haciendo donación de su legítima a favor de Pedro Vázquez de Puga.

B.- Algunas falsificaciones hechas en papel:
B-1.- Cuatro documentos de foro y uno de apeo, referentes a la granja y Pousa de Cuqueira, llevados por Pedro Vázquez de Puga, de Roucos, al pleito que sostuvo con los frailes de Santa María de Osera, que suenan hechos en año de 1493.
B-2.- Dos donaciones del derecho de presentar los beneficios de San Pedro de Moreiras, Mugares y otros, de los años de 1545 y 1549, otorgadas por el bachiller Fernán Bello y su hermano Pedro López Mosquera.
B-3.- Un testamento que apareció en memorial de un pleito entre Baltasar Manuel Pardo de Figueroa (marqués de Figueroa), de Pontevedra, que aparece otorgado por Vasco de Puga el Grande con fecha de 21 de Julio de 1474, ante el escribano Álvaro López de Vilouriz. Por este testamento, mediante el cual, Ana Jacoba de Valladares esposa del citado marqués, pretendía la posesión del vínculo de Bartolomé de Puga, fue declarado falso y condenado el marqués de Figueroa el año de 1779.

Entre las familias que hubieron de tomar parte en los pleitos, defendiendo sus derechos y posesiones amenazadas por los documentos falsificados por la mano de Alonso de Puga, se encuentran las de Temes, Varela, Feijoo, Novoa, Villamarín, Sarmiento, Fefiñanes, Baamonde, Sotomayor, Ozores, Mosquera, Valladares, Sandoval y Figueroa.
El año de 1779 se terminan los pleitos, iniciados por causa de las falsificaciones, por sentencia pronunciada por la Real Chancillería de Valladolid. Se condena, como ya se ha dicho, al marqués de Figueroa, litigante, como marido de Ana Jacoba de Valladares, en quien había recaído la posesión del vínculo de Bartolomé de Puga, y condenados a ser puestos en el archivo secreto los documentos falsificados.
Alonso de Puga Ozores, según distintas declaraciones, tenía pública fama de falsificador de escrituras y algunas veces ya fue querellado y condenado por la Audiencia del reino de Galicia. Los labradores de la zona, se callaban cuanto sabían por miedo a represalias, absteniéndose a declarar o declarando lo que se les ordenaba.
Otras declaraciones afirman que Alonso de Puga fue preso varias veces en Madrid y La Coruña por falsificador, a instancias del monasterio de Melón y de otras personas con quienes sostuvo pleitos, que solía ganar valiéndose de escrituras por él falsificadas. En estas falsificaciones colaboraban con él, los escribanos Gregorio de Parada y Alonso de Sobreira.
Siendo juez de la provincia de Orense el licenciado Chaves, el 30 de Abril de 1601 condenó a Alonso de Sobreira a privación perpetua del oficio de escribano, vergüenza pública y pago de las costas. Al otro escribano Gregorio de Parada, le condenó a la pérdida de la escribanía y del oficio, a 200 azotes y a 10 años de galeras al remo y sin sueldo.
Alonso de Puga Ozores fue condenado por falsificador de documentos, seductor de testigos, sobornador de escribanos y sustractor de papeles. En el año de 1604 se le condenó a dos años de destierro a cinco leguas de distancia de su casa y a otras cinco leguas alejado de La Coruña, con multa de 60.000 maravedís. En el año de 1610, se le condenó a dos años de presidio en Orán y 200.000 maravedís de multa y costas procesales.
En uno de los documentos falsificados más notables dice entre otras cosas que “restituye a la santa iglesia de Orense la aldea de Puga, tomada por el rey a su abuelo Vasco de Puga, por haber sido uno de los que dieron muerte al obispo Francisco Alfonso, arrojándole al pozo Maimón del río Miño, camino del pueblo de Puga”, lo cual es una contradicción, ya que la jurisdicción de Puga no pertenecía en aquel entonces a la familia Puga, sino al cabildo de Orense, que posteriormente sí fue patrimonio de Gonzalo de Puga, por haberle sido vendido, como se vendió casi todo el patrimonio del cabildo de Orense, por uno de sus obispos.
Hay otra contradicción sobre la muerte del obispo Francisco Alfonso que se sitúa entre los años 1419 y 1421, y en esas fechas ya habían fallecido en edad avanzada los padres de Rodrigo de Puga el Blanco, según se desprende del testamento.
Posteriormente se demostró, que Alonso de Puga Ozores, inculpa a su abuelo injustamente en el crimen del citado obispo, ya que ninguno de los Puga fueron implicados en él, sino Pedro López de Mosquera, que ordenó matarlo y arrojarlo al pozo Maimón a Lope de Alongos y sus criados según se refiere en el tumbo de la catedral de Orense y en papeles del canónigo Novoa.


Bibliografía:
“Boletín de la comisión provincial de monumentos históricos y artísticos de Orense”